Cataluña y el día después: ¿Declaración de independencia unilateral?

Hace unos días hablaba de una solución para evitar el inminente choque de trenes, el cual ya se ha producido este 1 de octubre, dejando numerosos heridos en Cataluña, pero sobre todo en Madrid.

Después de ver la escenificación de un referéndum y la actuación de los agentes la Guardia Civil y la Policía Nacional enviados a Cataluña desde diversas partes de España, parece que en Cataluña ya cualquier escenario es posible, menos el diálogo.

En vista de las medidas que habían adoptado el Tribunal Constitucional, jueces y fiscales para desactivar las leyes que emanaron del Parlamento de Cataluña sobre la convocatoria del referéndum y la hoja de ruta de la declaración de independencia no hacía falta una actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado contra votantes y ciudadanos.

Muchos medios de comunicación dejaron en evidencia que el referéndum es cualquier cosa menos un proceso legal, dado que cualquiera podía votar y no una, sino varias veces. Quizá con eso bastaba para mostrar al mundo qué estaba pasando en Cataluña.

Pero en vez de eso, de lo que se hace eco todo el mundo, y con toda la razón, es del espectáculo de policías y guardias civiles repartiendo patadas, porrazos, balas y pelotas de goma. Y llegados a este punto, los independentistas han ganado, porque su puesta en escena ha sido todo un éxito, revalorizada con la sangre y contusiones de cientos de ciudadanos. Una barbarie, que podría haber acabado peor.

La jornada ha dejado además enfrentamientos entre guardias civiles y policías autonómicos catalanes, donde han compartido algo más que palabras.

Para rematar los bomberos, quienes han intervenido para ayudar a contener a la multitud en muchos casos, han recibido porrazos indiscriminados de los uniformados llegados desde varios puntos de España. ¿Era esto necesario? No, sin duda.

¿Y ahora?

Visto lo visto, ya lo único que queda en este guion trazado por el presidente catalán Carles Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras y el resto de sus partidarios es la esperada declaración unilateral de independencia. Y aunque Puigdemont dijo días atrás que no pensaba en anunciarla, la mayoría de la gente que se ha echado a la calle estas últimas semanas, y hoy decidieron montar y participar en la consulta ilegal, no espera otra cosa.

De 'ganar el sí' y no producirse la declaración unilateral de independencia quizá sean los políticos catalanes los que vean cómo este proceso incendia la calle y serán los mozos de escuadra los que tengan que intervenir…

Porque ya esa gente movilizada no va a esperar a que los líderes catalanes se sienten a pactar inversiones y más cuotas de autonomía con Madrid, eso para ellos ya quedó atrás.

Hay muchas imágenes que ha dejado la jornada y que ponen en evidencia todo lo anterior, pero me quedo con estas dos: agresión a guardias civiles y a los uniformados delante de una multitud, que parece imparable.

Ya nada volverá a ser lo que era y el mundo mira estupefacto e impaciente sobre cuáles serán los próximos pasos, mientras numerosos líderes denuncian lo ocurrido. Confiemos que las porras y las cargas policiales y las provocaciones cesen y que se dé paso a la palabra y al accionar de la justicia.