Lula avala construcción de gigantesca hidroeléctrica en el Amazonas
El presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva firmó la concesión pública para la construcción en el Amazonas de una gigantesca hidroeléctrica, a pesar de la oposición de comunidades locales.
“Estamos haciendo posible algo que por treinta años parecía imposible, es una victoria del sector energético”, dijo Lula durante la firma del contrato que autoriza al consorcio Norte Energía su construcción.
Esta planta se construirá en el interior del estado de Pará (norte), junto al río Xingú en pleno corazón del Amazonas, y será la tercera más grande del mundo luego de la de Tres Gargantas en China e Itaipú en la frontera de Brasil y Paraguay.
El contrato concede al grupo integrado por 18 empresas y fondos de pensión y de inversiones el derecho a explotar durante 35 años el potencial energético de la zona. La entrada en operación de la hidroeléctrica está prevista para 2015.
El proyecto de Belo Monte tiene más de 30 años, pero fue abandonado en la década de los 90 debido a las presiones nacionales e internacionales de ambientalistas y pobladores locales.
Sin embargo, el gobierno del presidente Lula retomó este proyecto al considerar la obra como necesaria para garantizar la energía que requiere el desarrollo futuro de Brasil.
Con la oficialización de la concesión, el gobierno “está firmando la sentencia de muerte del río Xingú y la expulsión de miles de ciudadanos de sus tierras a orillas del río”, manifestaron indígenas, comunidades locales y ONG's que se oponen al proyecto.
La construcción tendrá un costo de 10,600 millones de dólares y generará hasta 11 mil megavatios. La construcción de esta hidroeléctrica empleará a 20,000 personas directamente, inundará un área de 500 km2 junto al río Xingú y provocará 16,000 desplazados, según datos oficiales.
No obstante, el gobierno asegura que su construcción y funcionamiento no afectará a comunidades indígenas. Además, afirma que el proyecto fue modificado con el objetivo de reducir su impacto ambiental y que la construcción de la presa de la planta fue reducida en un 60 por ciento y no inundará áreas ocupadas por indígenas.