Robots voladores
Esta idea es algo totalmente nuevo. Ingenieros suizos elaboraron pequeños robots que sin manejo humano se juntan formando un “superorganismo” que puede actuar en vuelo como un helicóptero.
Ingenieros de la división de Sistemas Dinámicos y de Control del Instituto de Tecnología Federal de Zurich, Suiza, crearon pequeños robots que sin manejo humano se juntan formando un “superorganismo” que puede actuar en vuelo como un helicóptero. Lo más interesante es que por sí mismos, estos robots no pueden volar.
Esto no es ni siquera un robot de tipo “Transformers” que puede adquirir varias formas. Eso es una serie de aparatos idénticos que pueden formar una “nube” plana. Los prototipos fueron creados por especialistas de ETH Zurich Raymond Oung y Raffaello D'Andrea. Los autores creen que sus robots pueden cumplir varias tareas, como por ejemplo transportar cargas o recolectar datos, y que cada uno de los aparatos no puede hacerlo sin la “ayuda” de los otros.
Los robots son hexágonos planos con un hoyo en el centro donde está instalado un tornillo. Cada uno de los aparatos puede elevarse, pero su vuelo solitario es caótico. No pueden alterar su rumbo, evitar bandazos y revuelcos. Pero la situación cambia si los módulos operan juntos, como un enjambre, que es más estable y tiene capacidad de maniobra. El proyecto recibió el nombre de “Formación volante” (Distributed Flight Array, o DFA).
El “superorganismo” se forma en la tierra. Para buscarse uno a otro, los robots están equipados con pequeñas ruedas. Los aparatos se acercan y se agarran gracias a la configuración de sus bordes, así como por medio de imanes. El ensamblaje de la construcción es todavía caótico, pero cualquera que sea la combinación del “panal”, puede elevarse formando una unidad “intelectual”.
Cada robot tiene un giroscopio que registra bandazos, así como un sensor de altura. Los aparatos intercambian información a través de sensores infrarrojos y regulan la tracción de tornillos para que el “enjambre” entero no se descomponga. Aún cuando uno de los robots falle y se caiga, otros seguirían volando.
Todavía los investigadores prueban la idea de la DFA en pequeñas agrupaciones de aparatos, pero los modelos virtuales muestran que se puede ensamblar grandes cantidades de estos, aunque no se sabe cómo van a funcionar en condiciones reales, más allá del laboratorio. ¿Cómo podrán encontrarse uno a otro? ¿Qué pasará si un robot se tumba ruedas arriba? ¿Con qué fin se están elaborando si para transportar cargas se puede emplear una construcción sólida? Si se trata de la recolección de datos, ¿para qué se ensamblan?
Parece que este sistema de autoensamblado puede antes que nada tener aplicaciones bélicas y militares, porque puede transformarse para diferentes situaciones en un el campo de batalla, por ejemplo formar complejos de antenas uno por uno pasando a través del espacio aéreo evadiendo los radares del enemigo.
En todos los casos, el proyecto que todavía está lejos de la perfección, es muy prometedor. En la conferencia de la técnica robótica ICRA 2010, celebrada en Ancorage, Alaska, a inicios de mayo, el informe sobre el invento fue reconocido como uno de los mejores.