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Un sabotaje habría podido causar una tragedia en una planta nuclear iraní
Una fuerte explosión podría haber destruido gran parte de la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow, en el norte de Irán, dejando a centenares de trabajadores atrapados bajo tierra, informa el portal estadounidense WND.
De acuerdo con la publicación, el accidente se produjo el pasado 21 de enero, pero la información supuestamente suministrada por un ex agente de la inteligencia iraní, no fue confirmada por fuentes oficiales. La explosión habría sido tan fuerte que provocó daños en edificios en un área de cinco kilómetros alrededor de Fordow.
De las instalaciones, ubicadas a 90 metros de profundidad, se entraba y salía usando dos elevadores y contaba con dos salidas de emergencia, pero supuestamente todos estos accesos resultaron bloqueados por los escombros. La fuente comunicó a WND que por esta razón, los equipos de rescate no podían acceder a la planta, donde se encontraban hasta 240 personas.
Tras la explosión, que se produjo en las centrífugas, las autoridades locales cerraron por varias horas parte de la autopista que une Teherán con la ciudad de Qom.
Siempre según esta información, el Gobierno de Irán sospecha que se trata de un acto de sabotaje y que los conspiradores llevaron los explosivos a Fordow por partes, escondidos entre el equipamiento de la planta.
De hecho, las instalaciones del programa nuclear de Irán han sido víctimas de ataques cibernéticos en varias ocasiones. En 2010 el virus informático Stuxnet, supuestamente producto de EE.UU. e Israel, se introdujo en el control de la planta dejando temporalmente fuera de servicio a unas 1.000 centrifugadoras de las 5.000 disponibles en las instalaciones y causando varias explosiones en la planta de Natanz. Además, hasta finales de 2012, se han sucedido los ataques más recientes de virus.
Estados Unidos, Israel y sus aliados sospechan que Irán, capaz de enriquecer uranio hasta el 20%, intenta fabricar una bomba nuclear, acusación rechazada por Teherán, que defiende los fines pacíficos de su programa. Las tensiones ya han provocado la imposición de una serie de sanciones contra la economía persa.
De las instalaciones, ubicadas a 90 metros de profundidad, se entraba y salía usando dos elevadores y contaba con dos salidas de emergencia, pero supuestamente todos estos accesos resultaron bloqueados por los escombros. La fuente comunicó a WND que por esta razón, los equipos de rescate no podían acceder a la planta, donde se encontraban hasta 240 personas.
Tras la explosión, que se produjo en las centrífugas, las autoridades locales cerraron por varias horas parte de la autopista que une Teherán con la ciudad de Qom.
Siempre según esta información, el Gobierno de Irán sospecha que se trata de un acto de sabotaje y que los conspiradores llevaron los explosivos a Fordow por partes, escondidos entre el equipamiento de la planta.
De hecho, las instalaciones del programa nuclear de Irán han sido víctimas de ataques cibernéticos en varias ocasiones. En 2010 el virus informático Stuxnet, supuestamente producto de EE.UU. e Israel, se introdujo en el control de la planta dejando temporalmente fuera de servicio a unas 1.000 centrifugadoras de las 5.000 disponibles en las instalaciones y causando varias explosiones en la planta de Natanz. Además, hasta finales de 2012, se han sucedido los ataques más recientes de virus.
Estados Unidos, Israel y sus aliados sospechan que Irán, capaz de enriquecer uranio hasta el 20%, intenta fabricar una bomba nuclear, acusación rechazada por Teherán, que defiende los fines pacíficos de su programa. Las tensiones ya han provocado la imposición de una serie de sanciones contra la economía persa.
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