Rusia busca métodos contra la pederastia

El presidente ruso Dmitri Medvédev aboga por endurecer las penas por pederastia en el país proponiendo asumir la actitud de severidad máxima hacia los pederastas.

“Partimos de que todos entienden hasta qué punto son peligrosos estos crímenes dirigidos contra los menores y qué tan monstruosas son las consecuencias que provocan. La actitud hacia este tipo de agresores debe ser de severidad máxima. El Estado debe aplicar todas las medidas de castigo necesarias y prestar atención extrema a estos casos. En esta cuestión, los enfoques liberales son intolerables. Por lo tanto, propongo examinar los métodos que se aplican en otros países, incluidos los medicinales. Me refiero también a las inyecciones que permiten bloquear la acción hormonal”, señaló el mandatario durante una sesión dedicada al sistema judicial.

En Rusia cerca de 10 000 niños sufrieron abusos sexuales el año pasado, según revelan los estudios. Se oyen críticas que culpan a la corrupción y la burocracia de dificultar la lucha contra esta lacra.

Si tuviera el poder de cambiar el pasado, seguramente Elvina Tsogóyeva lo haría sin pensarlo dos veces. Es madre de tres niños y el verano pasado, su hija de 4 años fue violada por un vecino. Casi sin poder medir la fuerza de sus actos encontró al responsable de tan despiadado acto y con un objeto de metal pesado, presa de la ira, lo golpeó hasta matarlo. Hace un año que Elvina pide perdón todas noches a Dios por el crimen que cometió.

“Ahora, volviendo la vista atrás, preferiría que él estuviera en la cárcel porque yo estuve allá y vi lo que les hacen a ellos. Entonces él estaría allá y no hubiese destruido mi vida”, dijo Elvina.

Según los datos de investigadores rusos, 9500 niños sufrieron abusos sexuales en Rusia en 2010. Cerca de 1000 fueron violados, un tercio de los cuales eran menores de 14 años.

Los padres se encuentran impotentes ante estos casos, consideran que la justicia no respalda su necesidad de protección y mucho menos de compensación tras el ataque. La legislación contempla penas leves para este tipo de delitos en la Federación de Rusia, un país donde una gran parte de los pederastas obtiene la libertad condicional.

“No tenemos control sobre los pederastas que han salido de la cárcel. No existe ningún control policial. La policía ahora no sabe adónde va ni dónde va a vivir la persona que sale de prisión”, expresó Mijaíl Vinográdov, psiquiatra y asesor del Comité de Investigación de Rusia. “En Rusia un pederasta queda en libertad y se pierde por ahí. Nadie sabe dónde está ni qué hace. Infelizmente no hay cooperación entre la gente y las fuerzas del orden público”, agregó.

Hay quienes, hoy por hoy, están luchando para combatir esta realidad sobrecogedora.

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, anunció el año pasado un nuevo paquete de medidas contra la pederastia, entre las que figura la prohibición del trabajo directo con niños a las personas que hayan sido penalizadas por este delito o que en sus historiales figuren daños o abusos físicos y psicológicos a menores.

Asimismo, el jefe del Comité de Investigación de Rusia, propone un proyecto de ley que contempla la castración química para quienes sean declarados culpables de delitos sexuales contra menores. No obstante, ya habían proyectos análogos que han sido discutidos por la Duma Estatal, Cámara Baja del Parlamento de Rusia, pero siguen esperando la aprobación.

Los trámites burocráticos, por una parte, y la corrupción, por otra, son las principales causas que dificultan la lucha contra este mal.

“Por desgracia, hay quienes favorecen a los pederastas en Rusia. Son algunos policías que reciben sobornos para permitir que existan burdeles y guaridas. Miembros del sistema judicial que absuelven a los criminales. Y no sólo estoy hablando de pornografía infantil, hay mucho dinero y muchas personas involucradas en la corrupción. Es demasiado difícil luchar contra todo esto”, opinó Antón Beliakov, diputado de la Duma Estatal.

Las leyes son una medida, pero existen otras que desde al anonimato intentan mantener a estos delincuentes sexuales cercados.

Hace 13 años que Serguéi recopila información de la prensa y exhibe los datos resumidos en un portal en Internet. Sus años de experiencia le permiten hoy llegar a una preocupante conclusión: en el 98 % de los casos, los abusadores de niños son reincidentes.

Algunos padres como Elvina, ante la falta de justicia, reaccionan y buscan el castigo de los pederastas con sus propias manos. Pero el precio que ella pagó fue el más caro de todos, perder para siempre la posibilidad de volver a vivir en paz. 

Si está comprobado que los delincuentes sexuales son reincidentes, cabe preguntarse entonces cuántas madres más tendrán que llegar al extremo de convertirse en asesinas para proteger a sus hijos. Cuántos niños más tendrán que ser víctimas de los ataques de los pederastas para que se tomen medidas al respecto.