Actualidad
John Kerry pone fin a la Doctrina Monroe
Casi siete meses después de que se refiriera a América Latina como el "patio trasero" de EE.UU., el Secretario norteamericano de Estado, John Kerry, declara el fin de la Doctrina Monroe, pilar de la diplomacia estadounidense.
"La era de la Doctrina Monroe ha terminado", dijo Kerry en un discurso en la Organización de los Estados Americanos en Washington DC, citado por 'The Wall Street Journal'.
"La relación que buscamos, y para cuyo impulso que hemos trabajado duro, no se trata de una declaración de Estados Unidos acerca de cómo y cuándo va a intervenir en los asuntos de otros estados americanos. Se trata de que los países se perciban unos a otros como iguales, de compartir responsabilidades, de cooperar en cuestiones de seguridad y de adherirse no a la Doctrina, sino a las decisiones que tomamos como socios para promover los valores y los intereses que compartimos", destacó.
La Doctrina Monroe, que fue promovida en un intento por distanciar a los europeos de América Latina, establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América, sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos. Más tarde fue ampliada por el presidente Theodore Roosevelt para convertir a EE.UU. en el jugador dominante en toda la región.
A principios de este año, John Kerry fue duramente criticado por los líderes de los países de América Latina después de su discurso ante el Congreso de EE.UU. en el que se refirió a América Latína como "nuestro patio trasero".
Además, en los últimos meses, las relaciones de Estados Unidos con algunos países de América Latina, se vienen agravando debido a que los medios de comunicación informaron que la inteligencia de EE.UU. había efectuado vigilancia electrónica de los canales de comunicación de los líderes de varios países latinoamericanos.
Los expertos indican que gradualmente América Latina pierde interés en EE.UU. y se acerca a China.
"En general, la cooperación económica con los países latinoamericanos fortalece la seguridad alimenticia y energética de China, ofrece grandes mercados para los productos chinos, y en el futuro puede reconfigurar el espacio geopolítico en el 'patio trasero' de EE.UU. a su favor", opina el comentarista político Vladislav Gulévich en un artículo publicado en el sitio fondsk.ru.
"En Washington, al parecer, bajo estas condiciones, sin correr el riesgo de contrarrestar duramente la penetración de China en América Latina, están tratando de hacer todo lo posible para limitar el impacto de China y para restringirlo solo a la esfera de la economía, sin permitir que se extienda a la esfera política. Sin embargo, es poco probable que a largo plazo China se limite estrictamente a las relaciones comerciales con América Latina", explica el experto, citando como ejemplo un acuerdo de concesión de préstamos entre Bolivia y China de 2011 en virtud del cual, además de 300 millones de dólares, el gigante asiático suministra varios vehículos para el Ejército boliviano y cooperación técnico-militar. Según Gulévich, Pekín va a continuar con esta política.
"La relación que buscamos, y para cuyo impulso que hemos trabajado duro, no se trata de una declaración de Estados Unidos acerca de cómo y cuándo va a intervenir en los asuntos de otros estados americanos. Se trata de que los países se perciban unos a otros como iguales, de compartir responsabilidades, de cooperar en cuestiones de seguridad y de adherirse no a la Doctrina, sino a las decisiones que tomamos como socios para promover los valores y los intereses que compartimos", destacó.
La Doctrina Monroe, que fue promovida en un intento por distanciar a los europeos de América Latina, establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América, sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos. Más tarde fue ampliada por el presidente Theodore Roosevelt para convertir a EE.UU. en el jugador dominante en toda la región.
A principios de este año, John Kerry fue duramente criticado por los líderes de los países de América Latina después de su discurso ante el Congreso de EE.UU. en el que se refirió a América Latína como "nuestro patio trasero".
Además, en los últimos meses, las relaciones de Estados Unidos con algunos países de América Latina, se vienen agravando debido a que los medios de comunicación informaron que la inteligencia de EE.UU. había efectuado vigilancia electrónica de los canales de comunicación de los líderes de varios países latinoamericanos.
Los expertos indican que gradualmente América Latina pierde interés en EE.UU. y se acerca a China.
"En general, la cooperación económica con los países latinoamericanos fortalece la seguridad alimenticia y energética de China, ofrece grandes mercados para los productos chinos, y en el futuro puede reconfigurar el espacio geopolítico en el 'patio trasero' de EE.UU. a su favor", opina el comentarista político Vladislav Gulévich en un artículo publicado en el sitio fondsk.ru.
"En Washington, al parecer, bajo estas condiciones, sin correr el riesgo de contrarrestar duramente la penetración de China en América Latina, están tratando de hacer todo lo posible para limitar el impacto de China y para restringirlo solo a la esfera de la economía, sin permitir que se extienda a la esfera política. Sin embargo, es poco probable que a largo plazo China se limite estrictamente a las relaciones comerciales con América Latina", explica el experto, citando como ejemplo un acuerdo de concesión de préstamos entre Bolivia y China de 2011 en virtud del cual, además de 300 millones de dólares, el gigante asiático suministra varios vehículos para el Ejército boliviano y cooperación técnico-militar. Según Gulévich, Pekín va a continuar con esta política.
comentarios