
Lavrov y Rubio discuten las negociaciones en Estambul con Ucrania un día después

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, mantuvieron este sábado una conversación telefónica. La llamada se produjo por iniciativa de la parte estadounidense.
En el marco de la llamada, Lavrov y Rubio "intercambiaron opiniones sobre los resultados de las conversaciones ruso-ucranianas celebradas el pasado día en Estambul", reza el comunicado de la Cancillería rusa.
En detalle, el secretario de Estado de EE.UU. acogió con satisfacción que Moscú y Kiev acordaran intercambiar prisioneros de guerra y preparar su visión de las condiciones necesarias para alcanzar un alto el fuego. Además, "subrayó la disposición de Washington a seguir contribuyendo a la búsqueda de una solución" del conflicto.

Lavrov, a su vez, destacó el papel de EE.UU., que contribuyó a que Ucrania regresara a la mesa de negociaciones. "Confirmó la disposición de Moscú a seguir cooperando con sus colegas estadounidenses en este contexto", indicó.
También abordaron otros "problemas internacionales y regionales". "Los interlocutores intercambiaron opiniones sobre la continuación de los contactos ruso-estadounidenses", subraya el comunicado.
Mientras tanto, el secretario de Estado de EE.UU. señaló haber reiterado durante la conversación el mensaje de Donald Trump: "La muerte y la destrucción deben terminar".
"EE.UU. ha presentado un sólido plan de paz y acogemos con satisfacción el acuerdo de intercambio de prisioneros de guerra alcanzado en Estambul. No perdamos esta gran oportunidad. El momento de poner fin a esta guerra es ahora", escribió en su cuenta de X.
Reunión entre Moscú y Kiev en Estambul
- El encuentro de Moscú y Kiev —el primero en tres años— se llevó a cabo a puerta cerrada este viernes en Estambul
- Tras las negociaciones, el líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski, declaró que la parte rusa está "satisfecha con el resultado y dispuesta a continuar el contacto"
Además, detalló que acordaron realizar un intercambio de prisioneros a gran escala, bajo el formato de 1.000 por 1.000, y que cada parte presente su visión detallada de un posible alto el fuego, tras lo cual las conversaciones deberían continuar