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Descubren pruebas de un océano oculto bajo la superficie de Marte
Este descubrimiento no solo aporta una pista sobre el pasado hidrológico de Marte, sino que también abre posibilidades en la búsqueda de vida microbiana y a futuras misiones de exploración humanas.
Investigaciones recientes basadas en datos sísmicos de la misión InSight de la NASA han revelado indicios de una capa de agua líquida entre 5,4 y 8 kilómetros bajo la superficie de Marte.
Los resultados se publicaron en un reciente estudio realizado por Hrvoje Tkalcic, jefe de geofísica de la Universidad Nacional de Australia, y Weijia Sun, profesor de geofísica de la Academia China de Ciencias. En él, se analizaron las ondas sísmicas generadas por dos impactos de meteoritos y un maremoto, cuyos ecos sísmicos permitieron detectar cambios en la estructura de la corteza marciana.
La investigación reveló una desaceleración de las ondas sísmicas al atravesar dicha zona, lo cual sugiere la presencia de rocas porosas saturadas con agua, similares a los acuíferos terrestres. La posible existencia de este océano subterráneo ayudaría a explicar el destino del agua que alguna vez cubrió amplias regiones del planeta rojo.
El agua subterránea
Hace más de 3.000 millones de años, Marte tenía ríos y lagos visibles en su superficie. A medida que perdió su campo magnético y su atmósfera se volvió más delgada, gran parte del agua se evaporó, se congeló en los polos o quedó atrapada en minerales.
Se estima que aún falta contabilizar suficiente agua como para cubrir el planeta con un océano de alrededor de 900 metros de profundidad. La hipótesis más plausible es que esa agua se filtró al subsuelo a través de fracturas formadas por impactos de meteoritos, donde el calor interno del planeta la mantiene en estado líquido.
Este descubrimiento no solo aporta una pista sobre el pasado hidrológico de Marte, sino que también abre posibilidades en la búsqueda de vida microbiana y a futuras misiones de exploración humanas. Sin embargo, explorar estas reservas profundas sigue siendo un desafío técnico que requerirá nuevas misiones e instrumentos para confirmar su existencia y extensión en otras regiones del planeta.
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