
Revelan efecto inesperado de no tener una buena higiene bucal

La bacteria altamente prevalente en la periodontitis, enfermedad inflamatoria que afecta a los tejidos que hay alrededor de los dientes, puede deslizarse al torrente sanguíneo e infiltrarse en el corazón, causando la acumulación de tejido cicatricial y aumentando el riesgo del desarrollo de fibrilación auricular, revela un estudio de la Universidad de Hiroshima.
Según se explica, médicos ya han indicado que las personas que padecen de periodontitis parecen ser más propensas a sufrir problemas cardiovasculares. Esto se debe a que cuando las células inmunitarias de las encías se unen para combatir la infección, las señales químicas que liberan pueden filtrarse inadvertidamente al torrente sanguíneo, alimentando la inflamación sistémica que puede dañar órganos lejos de la boca.

No obstante, la inflamación no es la única amenaza, ya que, además, se descubrió que el ADN de bacterias orales dañinas estaba presente en el músculo cardíaco, las válvulas e incluso las placas arteriales grasas. Asimismo, se ha detectado en el cerebro, el hígado y la placenta.
De acuerdo con la investigación, la bacteria 'Porphyromonas gingivalis' puede llegar hacia la aurícula izquierda tanto en modelos animales (ratas) como en humanos. Esto apunta a una posible vía microbiana que vincula la periodontitis con la fibrilación auricular, que es una alteración del ritmo del corazón, también denominada arritmia.
Esta pérdida de sincronía en el ritmo cardíaco, a su vez, puede conllevar la formación de coágulos de sangre en el interior del órgano. Si estos coágulos se desprenden, pueden dar lugar a obstrucciones en las arterias del cerebro (ictus cerebral) u otras localizaciones. "La relación causal entre la periodontitis y la fibrilación auricular aún se desconoce, pero la propagación de bacterias periodontales a través del torrente sanguíneo puede conectar estas afecciones", explicó uno de los autores del estudio, Shunsuke Miyauchi.
Ensayos en animales y humanos
Para llegar a estas conclusiones, los científicos dividieron a ratones machos en dos grupos para observarlos entre 12 y 18 semanas: a uno se le introdujo pulpa dental y el otro permaneció sin infección. 12 semanas después de la infección, los ratones expuestos a 'P. gingivalis' mostraban más cicatrices cardíacas que sus contrapartes no infectadas. Para la 18.ª semana, las pruebas mostraron que los ratones expuestos a la bacteria tenían seis veces más probabilidades de desarrollar ritmos cardíacos anormales, con una tasa de inducibilidad de fibrilación auricular del 30 % en comparación con solo el 5 % en el segundo grupo de animales.
Con respecto a tal correlación en humanos, los investigadores analizaron el tejido auricular izquierdo de 68 pacientes con fibrilación auricular que se sometieron a cirugía cardíaca. 'P. gingivalis' se encontró allí, y en mayores cantidades se trató de personas con enfermedad periodontal grave.
"'P. gingivalis' invade el sistema circulatorio a través de las lesiones periodontales y se transloca a la aurícula izquierda, donde su carga bacteriana se correlaciona con la gravedad clínica de la periodontitis. Una vez en la aurícula, exacerba la fibrosis auricular, lo que resulta en una mayor inducibilidad de la fibrilación auricular", detalló Miyauchi. "Por lo tanto, el tratamiento periodontal, que puede bloquear la puerta de entrada de la translocación de 'P. gingivalis', puede desempeñar un papel importante en la prevención y el tratamiento de la fibrilación auricular", concluyó.